Escuadrón

Stanley comenzaba a recuperar poco a poco la consciencia, los sonidos volvían a sus oídos paulatinamente. Voces ahogadas llegaban a sus oídos mientras observaba de forma borrosa a un chico de no más de 15 años correr con las manos ensangrentadas.

Si el exmilitar intentaba moverse se toparía con la desagradable sensación de sogas atando sus manos y pies, así como el torax, sujetándolo con firmeza a una vieja silla metálica.

Stanley recobraba sus sentidos mientras observaba a grandes rasgos la habitación donde se encontraba, frente a él sólo había una mesa con papeles desordenados, ninguna luz, más allá de la artificial, iluminaba la habitación que parecía más una cueva que un edificio, los muros tallados en tierra y grandes tablones de madera sosteniendo un techo improvisados del mismo material; una voz en la lejanía advirtió del despertar del militar.

-.Stan mientras recobraba los sentidos trato de mover sus brazos lentamente pero logro sentir las sogas alrededor de el, estaba atado a una silla metalica mientras suspiraba recordando viejas misiones en donde habia estado en la misma posicion que esa, negando con la cabeza mira alrededor pero en ves de preocuparse del como estaba en la silla logro preocuparse de la hora de que tenia que ir por su esposa, muchos lo llamarian estupido. Pero Stan ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas negando con la cabeza.-

Pensamiento: Si no salgo de aqui pronto mi esposa me matara y si no salgo de aqui estos mocosos me mataran.... De algo que aprendi bien en las misiones es que cuando un adolescente o un maldito mocoso te apunta con un arma es mejor darle o decirle lo que quiere... Malditas drogas, y todo fue por querer pasaportes falsos.... Acabe atado aqui... 

-.Al pensar eso solo trata de mover sus muñecas para tratar de acomodarse mejor dando un suspiro mientras escuchaba que decian que Stan estaba despierto negando con la cabeza.-

Roderick caminó por el largo pasillo de su guarida, uno de su pandilla le indicaba que aquel sujeto extraño que había estado durante el asesinato de Kosti, ~Ya era hora~ refunfuñó el dealer mientras tomaba su saco y se lo colocaba rápidamente.

Cuando abrió la puerta le miró, atado e indefenso en aquella silla de metal que tanta información le había proporcionado a Roderick,  ~Al fin despiertas Stan~ dijo con una gran sonrisa dibujada en su delgado y pálido rostro,  ~Lamento el golpe que te dieron, fue algo duro, pero espero entiendas, no es fácil perder a alguien de tu escuadrón~ miró a uno de sus acompañantes, un chico de algunos 16 años que tenía la mirada perdida,  ~Venga venga, tráeme una silla, quiero platicar con nuestro invitado~ aplaudió un par de veces en el intento de sacar del trance a su amigo, el cual corrió rápidamente fuera de la habitación.

~Bueno Stan ¿puedo llamarte Stan?~ preguntó con tranquilidad antes de proseguir sin importarle la respuesta que el sujeto frente a él le pudiera proporcionar,  ~No eres muy bueno escapando, llamas demasiado la atención, pero aquí hay algo que me da demasiada curiosidad~ sus palabras fueron interrumpidas por el chico que momentos antes había salido, en sus manos cargaba una vieja silla de madera, bastante desgastada, la extendió entregándola al dealer, quien agradeció con una ligera sonrisa.

Con un rápido movimiento colocó la silla frente a Stanley, dejando que el respaldo diera justo frente a él,  ~Por cierto, este traje es nuevo ¿te gusta?~ preguntó extendiendo sus brazos, si en algo era reconocido Roderick era en su peculiar estilo para vestir, aquel atuendo no era la excepción, un traje uniforme de color salmón que dejaba ver sobre el cuello una camisa satinada con adornos florales,  ~Tuve que estrenarlo hoy, en mi día de descanso y todo porque tus hombres mataron a mi amigo y ahora debo de saber ¿por qué?~ preguntó mientras se sentaba en la silla de madera, recargando sus brazos en el respaldo mientras sonreía al sujeto amarrado frente a él.

Apariencia: