A través del espejo

Hacía ya bastante tiempo que Alice no visitaba estas estanterías. Deslizó los dedos suavemente por los lomos de los libros que allí se guardaban, apreciando sus texturas, comparando sus tamaños, estudiando su estado. Cada volumen en aquel edificio tenía una historia, y Alice deseó que pudiese conocerlas todas. Para ella era un divertido ejercicio el imaginar las vidas de cada uno de los lectores que habían tocado aquellas páginas, y las razones por las que habían escogido cada tomo en particular. ¿Quizás un estudiante universitario que buscaba información para su tesis? ¿Quizá un joven con ansias de conocimiento y demasiado tiempo libre en sus manos? ¿Quizá un mafioso que tan sólo necesitaba una excusa para permanecer en la biblioteca mientras esperaba la llegada de su contacto? Ah, las posibilidades eran infinitas.

Mientras continuaba pasando su mano de libro en libro, Alice decidió jugar un pequeño juego, y cerró los ojos. Dejaría que sus dedos se convirtieran en sus ojos, y buscaría un libro con una historia interesante. Sentía cada relieve de sus superficies, percibía una esquina dañada, o un área alisada por el toque de incontables usuarios. Pero lo que buscaba era sentir algo más, una sensación que fuera más allá del tacto, más allá de los sentidos mundanos.

Pero tras dar unos cuantos pasos, comenzó a frustrarse por no poder encontrar lo que quería. Su paciencia alcanzó su límite muy pronto, y al final terminó por tomar un libro al azar. Abrió los ojos y le echó a la cubierta una mirada furiosa. Sin embargo, en un segundo su expresión se tornó en una de confusión. Miró hacia arriba, donde estaba indicada la categoría de los libros en el estante: "Historia de Europa" rezaba el cartel. Definitivamente no se había alejado mucho de la sección donde había comenzado, así que no tenía sentido que aquel tomo en particular estuviera allí. ¿Alguien lo había colocado por error? ¿Quizá se trataba de una travesura, con el fin de darle más trabajo y posiblemente un dolor de cabeza a los bibliotecarios?

Fuere como fuere, a ella esa extraña coincidencia casi se le antojaba como una broma cruel.

En mi mente giraban los recuerdos de la noche pasada, noche en la que mis impulsos fueros saceados en los brazos de aquella chica, aún podía sentir aquellas caricias en mi espalda, los constantes golpes de aquella pequeña mujer sobre mi pecho mientras rogaba que parara, sus gritos seguían retumbando en mis oídos como la más bella melodía, el sabor de sus lágrimas continuaba en mi paladar, su mirada aterrorizada mientras mi navaja hacía un ligero corte sobre su pecho; los recuerdo me inundaban provocando una explosión en mi ser, una que sólo pudo ser demostrada mediante una media sonrisa en mis labios, no pude evitarlo, aquellos recuerdos me había provocado una erección que debía ser descargada; después de todo eso es algo normal, a mis 15 años no puedo pensar en otra cosa, sobretodo después de haber probado aquellas delicias.

El día pasó sin siquiera darme cuenta mientras deambulaba por la ciudad, el colegio y mi hogar, no fue hasta que la luz de la luna entró por mi ventana cuando caí en cuenta de la hora local, aunque dentro de mí nacía un profundo deseo a complacer mis impulsos, debía frenarme por un momento, primeramente era el deber, el cual en ese moemnto era el escolar.

Tras un baño rápido y elegir una ropa adecuada al clima salí de casa rumbo a la biblioteca nacional, el gran contenido en documentos históricos de Rusia servirán para mi investigación, aunque hubiese podido buscar la información en internet, el olor de los viejos libros no lo puede reemplazar el sonido del teclado, además, como un plus, es posible encontrar a alguien con quien gozar esta noche.

El camino a mi destino fue aburrido, al haber caído la noche me veía obligado a ser escoltado por Roy, Marcus y Danish, menuda suerte la mía. Mi rostro era bastante conocido por aquellos que ayudaban en la biblioteca, más de alguna noche me había quedado hasta el cierre sumergido en algún libro que conseguía atraparme; un saludo cordial y en voz baja salió de mi boca al momento que ingresaba en los grandes y tibios salones, las estanterías repletas de conocimiento llamaban mi atención provocando un ligero brillo de emoción en mis ojos.

Caminando por los pasillos me dirigí hasta el apartado de Historia Europea, donde comenzaba a buscar el siguiente objeto de mi estudio, mis labios se fruncían ligeramente mientras observaba el sin fin de títulos que yacían sobre los viejos estantes; mi atención se fijó sobre una pequeña mujer de cabellos dorados, quien deslizaba su mano sobre el lomo de los libros, como si quisiese sentir la historia dentro de éstos, una ligera sonrisa se formó en mi rostro al momento que me acercaba lentamente a su lado, observando por el rabillo del ojo aquel libro fuera de lugar, no puedo creer que lo confundieran de sección dije con voz baja mientras le dedicaba una ligera sonrisa a aquella bella mujer.

Apariencia:

Perdí:

'¿Por qué, de todos los libros posibles, tenía que ser éste?'

La frustración crecía en el interior de Alice mientras intentaba discernir cómo había ido a parar allí ese cuento, y por qué ella lo había tomado. En la portada, una pequeña niña de risos dorados exhibía una expresión de inocente curiosidad, como si fuera consiente de la duda que carcomía a su contraparte de carne y hueso, y tampoco conociera la respuesta.

Tan concentrada se encontraba la muchacha en el libro que dejó de prestar atención a lo que sucedía a su alrededor, por lo que no escuchó al joven que se había acercado a ella hasta que éste le habló. Alice se volteó, sorprendida, pero se relajó al ver que tan solo se trataba de un chico. Lo observó detenidamente por un instante, tratando de recordar si lo había visto antes, y tomando nota mental de ciertos detalles, como la calidad de su ropa y el tono sonrosado de su piel.

-"Alguna gente simplemente no tiene consideración"- respondió mientras esbozaba una sonrisa amigable, y luego miró alrededor con una expresión interrogante -"¿Dónde crees que esté la sección correcta? Apuesto a que su lugar es al lado de la precuela."- dijo, fingiendo más ignorancia de la que en realidad tenía acerca de la disposición de los tomos en la biblioteca, con el fin de averiguar qué tan asiduo era aquel muchacho al lugar.

OoC::

Mirar aquella sonrisa me provocó cierta confusión, la amabilidad con la que aquella mujer me trataba era algo diferente, aunque a mí no me provocaba más allá de poder, con algo de suerte, tener una amena charla, Definitivamente creo que Carroll, no desearía que su obra estuviera en la historia europea extendí mi mano hasta tomar el libro observándole con detenimiento, Al menos puede decir que tiene una gran obra entre sus manos, al parecer es una primera edición devolví la sonrisa con la misma amabilidad al momento que alzaba mi cabeza buscando el lugar adecuado de la novela, Si mal no recuerdo ésta debe de estar en la sección de novelas infantiles, es decir el segundo pasillo a la izquierda en la sala de lectura bajo la cúpula mientras hablaba comencé a buscar en el estante aquel libro que debía leer para el colegio.

Entre mis manos tomé el libro Guerra y Paz del escritor ruso León Tolstói, Si gusta puedo acompañarle, nunca antes le había visto, aunque tampoco frecuento demasiado la biblioteca por las noches sonreí de forma amable mientras extendía mi mano esperando que aquella bella chica me acompañase en mi camino.

Las palabras del chico hicieron que Alice se preguntara qué hubiese querido realmente el señor Carroll. En la época en que escribió sus libros ella se encontraba lejos del Reino Unido, así que pese a haber sido contemporáneos, nunca llegó a conocerlo. ¿Quizá hubiese deseado creer que Wonderland era real? O quién sabe, quizá sí lo era para él. No sería el primer caso de ese tipo del que Alice tuviera noción.

Sus pensamientos regresaron al presente cuando el chico mencionó la edición a la que pertenecía el libro. 'Tiene buen ojo' pensó Alice. y fingió examinarlo más de cerca, como si no hubiese notado aquel detalle antes. 'Y también conoce bien las secciones de la biblioteca, así que debe visitarla a menudo'

Observó con curiosidad el libro que el joven sacó del estante tras ellos. Tomó nota mental de preguntarle luego si lo leería por placer o por investigación histórica (en cuyo caso también inquiriría sobre por qué usar una novela como material de estudio en lugar de un texto académico), y planteó la posibilidad de mencionarle que en su biblioteca personal poseía uno de los ejemplares originales de "El Mensajero Ruso", la revista literaria donde la novela en un principio había sido publicada por partes.

Pero dejó esas cuestiones de lado cuando él le extendió la mano para que lo acompañase. Ella dudó un momento sobre si debería tomarla (después de todo, su tacto era tan frío como, bueno, el de un cadáver), pero pensó que sería más sospechoso el rechazarla. El clima naturalmente frío de San Petersburgo le brindaría excusa suficiente, en caso de que llegase a necesitarla. Así que tomó la mano del muchacho y permitió que éste la guiara hacia la sección infantil.

-"Yo me paso todo el día trabajando, así que rara vez vengo de día... bueno, ¡en realidad rara vez puedo venir en lo asoluto!"- comentó con su mejor impresión de triste resignación, frunciendo ligeramente los labios. Pero recuperó su alegre sonrisa casi de inmediato -"¿Y qué hay de ti? ¿Eres estudiante?"- dijo, haciendo un gesto inquisitivo con la cabeza hacia "Guerra y Paz".

ooc:

Un pequeño sobresalto provocó en mí aquella fría sensación de la piel de aquella mujer, aunque mi piel se erizó levemente decidí no tomarle mayor importancia, después de todo era algo común en San petersburgo tocar manos más frías que la misma nieve, Debería de usar unos guantes para esta temporada aquel fue el único comentario que pude expresar, al menos era lo menos formal que podría ser.

Comencé a caminar por los amplios pasillos mientras sujetaba con ligereza la mano de aquella mujer, observaba de reojo a quienes estuvieran cercanos, buscando, tal vez, alguna futura diversión para la noche, buscando una chica mimada e inocente que busque una mejor vida en las páginas de los libros, un chico asustado y temeroso que tal vez se haya confundido con alguna lectura inadecuada, alguien que llamase lo suficiente mi atención, sin embargo las palabras de aquella mujer me sacaron de mis pensamientos, Emmm... un sonido extraño salió de mi boca al escuchar su pregunta en referencia al material que llevaba en mi mano, La verdad es que si soy estudiante, recién empecé el primer año del bachillerato hablé con una ligera sonrisa en mis labios, mientras sentía como mis mejillas se sonrojaban ligeramente, Me han encargado un ensayo en mi clase de literatura sobre alguna obra que haga referencia a sucesos históricos ocurridos en San Petersburgo hice una breve pausa mientras mi ojos recorrían aquel libro, observando la portada con un poco más de detalle, Aunque la verdad no estoy seguro si he elegido bien sonreí apenado mientras mis cejas se levantaban ligeramente, ¿Cree usted que haya sido una buena elección? pregunté sin detener mi paso, pero si aminorando su velocidad.